El presidente de Bolivia, Evo Morales se deja de tonterías y empieza a respetar al pueblo que lo eligió como presidente. Tras sus delirios de grandeza, el mandatario tocó fondo y decidió eliminar las terribles leyes que pretendía imponer arbitrariamente.
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Tras las innumerables protestas de diversos sectores de la población que se oponían tajantemente al nuevo Código Penal y tras casi dos meses de esta lucha, Evo Morales hizo oficial la revocación a través de sus redes sociales.
“Hemos decidido abrogar el Código del Sistema Penal para evitar confusiones y que la derecha deje de conspirar y no tenga argumentos para generar desestabilización en el país, con desinformación y mentiras. Enviaremos una carta a la Asamblea Legislativa en los próximos días”, manifestó Evo Morales, presidente de Bolivia.
Esto no lo hizo por buena gente, sino porque se le venían más huelgas y rechazo del país que manchaba más su reputación como presidente. Pero lamentablemente tienen que avisarle a Evo Morales de que su renombre ya esta por los suelos desde hace mucho tiempo.
El rechazo que el pueblo boliviano tenía hacia el nuevo Código Penal no era para menos, pues chocaba y pisoteaba atrozmente los valores morales del país, pues pretendían despenalizar el aborto.
Asimismo, las organizaciones religiosas corrían un gran peligro, ya que estaban en peligro de ser encarcelados y condenados los obispos, sacerdotes o pastores por el hecho de predicar el evangelio.
Hands holding the bars
“Será sancionado con prisión de siete (7) a doce (12) años y reparación económica la que persona que por sí o por terceros, capte, transporte, traslade, prive de libertad, acoja o reciba personas con el fin de reclutamiento de personas para su participación en conflictos armados o en organizaciones religiosas o de culto”, señalaba un artículo del nuevo Código Penal.