Los días de gloria que gozaba la multinacional abortista Planned Parenthood, parece ser que ya quedo en el pasado, pues desde que Donald Trump asumiera la presidencia de Estado Unidos, no ha permitido que esta desalmada empresa se siga saliendo con las suyas.
Recordemos que Planned Parenthood, siempre se ha camuflado en su “inocente” lema de planificación familiar, pero siendo la realidad otra, ya que durante años esta empresa ha comercializado despiadadamente los órganos de fetos abortados a diferentes empresas en el mundo.
DaVinci Biosciences y DV Biologics son las dos compañías que han admitido públicamente ante las autoridades americanas que han comercializado los fetos abortados durante años, por ello la justicia en el Estado de California los ha obligado a cerrar y suspender todo tipo de operaciones comerciales, asimismo deberán pagar una multa de casi 8 millones de dólares.
Pero siendo realistas, el “castigo” impuesto a estas dos compañías alcahuetas de Planned Parenthood es injusto, porque ambas empresas se enriquecieron durante siete largos años, comercializando sin ningún tipo de remordimiento partes y tejidos de bebes abortados.
Gracias al accionar de David Daleiden, líder del proyecto CMP (The Center for Medical Progress), se ha podido desenmascarar a estas compañías cómplices del monstruo Planned Parenthood, ya que con la ayuda de las innumerables investigaciones sobre el tráfico de partes y tejidos de bebés abortados, ambas compañías no han podido desmentir las acusaciones y han tenido admitir su culpabilidad.
Asimismo, Planned Parenthood no está pasando desapercibido de estos delitos, pues se encuentra bajo investigación federal por parte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, por la venta de partes de fetos abortados.
“El siguiente paso es que las filiales de Planned Parenthood de Orange y San Bernardino rindan cuentas bajo la ley por ayudar durante siete años, instigar y beneficiarse del plan criminal de Da Vinci para vender partes de bebés”, señaló David Daleiden.
El maquiavélico negocio de la venta de fetos, cada vez se volvió un negocio redondo, hace algunos años atrás, ya que se asume que cada frasco que contenía los tejidos fetales de los no nacidos podían llegar a costar alrededor de 1,100 dólares.
Entre los grandes compradores de estos famosos frascos, se encuentran instituciones académicas y empresas farmacéuticas de Japón, China, Singapur, Corea del Sur, Alemania, Suiza, Australia, Países Bajos, Canadá y Reino Unido.
Sin duda alguna, la impunidad con la que contaban los grandes grupos abortistas quedó atrás, ya que con el actual gobierno de Donald Trump, cada día salen a la luz las verdaderas intenciones de estos lobbies de la muerte.