El pueblo ecuatoriano, sigue dando grandes pasos para eliminar por completo la ideología de género del Currículo Nacional de Educación. Tanto así que la comunidad LGBTI se ha visto amenazado y empieza a dar “manotazos de ahogado”.
Al mismo estilo que Perú, el 14 de octubre, más de un millón de ecuatorianos salieron a las calles con bocinas, globos, banderas y carteles gigantescos con la frase “Con mis hijos no te metas”.
Es por ello, que el lobby LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales), hicieron su pataleta de siempre y se ensañaron contra los organizadores de la marcha, acusándolos de homofóbicos, promotores del odio e incluso se atrevieron a mentir alegando que existieron personas homosexuales agredidas a causas de este hecho. También acusaron a las iglesias de fomentar el miedo sobre la ideología de género.
«En la marcha no hubo discriminación ni discurso de odio y un claro ejemplo de ello es la participación de una persona que se asume como transexual, donde de manera valiente y respetuosa llevaba una cartel escrito a mano, que decía: “Soy transexual, de padres cristianos católicos, con mis sobrinos no se metan” manifestó Linda Arias, organizadora del colectivo «Con mis hijos no te metas”
Es así que, padres de familias e iglesias fueron denunciados ante el Tribunal de Ecuador, para amordazarlos e intimidarlos a silenciar su voz, pero “el tiro le salió por la culata”, ya que las autoridades ecuatorianas investigaron y llegaron a la conclusión de que solo eran caprichitos LGBTI, porque nunca pudieron demostrar las agresiones físicas a las personas gays ni mucho menos la violación a los derechos humanos.
Como ya es maña de la comunidad LGBTI, siempre utilizan la táctica de la victimización, donde se presentan ante las autoridades y la prensa “mermelera” para denunciar haber sido sometidos a tratos homofóbicos y así poder descalificar a sus opositores.
El argumento de odio es un escudo protector que usa la comunidad LGBTI para ganar espacios e intentar conseguir supuestos “derechos” como el llamado “matrimonio igualitario” e implantar la ideología de género.
Sin duda alguna, Ecuador está decidido a luchar con todas sus fuerzas por la familia y los niños, pese a las imposiciones de los promotores de la agenda gay.