Desde que el Reino Unido, abrió sus puertas a la agenda LGBTI este país no para de sorprendernos, pues cada vez sus leyes hacia el abuso infantil son más dóciles.
Resulta que en Inglaterra, la edad mínima que un menor puede tener sexo consentido de manera legal es a partir de los 16 años, pero aquellos menores que sufren abuso sexual deben ser indemnizados por un organismo gubernamental.
Las autoridades pretenden cambiar estas leyes, para no indemnizar a los menores, pues el último escándalo que salió a la luz, reflejo sus crueles intenciones, ya que se sabe que 700 niños violentados no habrían cobrado dicha compensación.
Estas organizaciones pretenden “investigar” si es que el menor tuvo relaciones con su consentimiento o fue abusado. Según los resultados obtenidos por el equipo de investigación decidiría si es que el menor recibe o no la ayuda económica.
Es decir, que si un niño de 12 años es víctima de abuso sexual y para los investigadores la relación fue consentido, el menor no recibirá ningún tipo ayuda. Esta es una forma clara de tolerar la pedofilia en un país, ya que el menor puede permitir la agresión por miedo, desconocimiento o por cualquier motivo lo cual no justifica la acción del adulto.
Asimismo, este año salieron a la venta unas muñecas sexuales con el tamaño y el peso real de niñas con el objetivo de parar la pedofilia, pero este hecho solo ha generado que los pedófilos crean que es normal abusar de menores de edad.
Por estas razones las alarmas se han activado en las personas pro-familia, ONG y diputados que no han dudado en criticar la reforma que ha hecho esta organización, alegando que “la actividad sexual es totalmente de libre albedrío, se considerará ningún crimen de violencia”.
Para la diputada de Rotherham, Sarah Champion este hecho es despreciable y ha manifestado que:
“Básicamente están diciendo que la víctima puede ser unas mentirosas y el Estado al no creerte da un mensaje totalmente equivocado las personas violentadas”.