Con las horas contadas s eencuentra la ministra de Educación, Marilú Martens. Resulta que el día de mañana asistirá muy elegante (propio de ella) al Congreso de la República a raíz de su ineptitud frente a la huelga de docentes.
Como se recuerda, los gremios de docentes decidió suspender las protestas que duró un aproximado de 70 días, pero el secretario del SUTEP ha informado muy valientemente que en Lima se realizará un paro para seguir la “excelentísima” participación de la titular del Minedu en el Parlamento.
Como ya nos tiene acostumbrado, la ministra “sinvergüenza” ha señalado que no piensa renunciar y que se siente más que preparada para responder las 40 preguntas del Congreso. Imaginamos que todos sus asesores ya la habrán preparado muy bien, ya que dice que no tiene miedo a una posible censura.
“Yo voy a trabajar hasta el último día que tenga que trabajar o hasta que el presidente requiera de mis servicios o el Congreso de la República lo decida”, añadió Martens
Como era de esperarse, el presidente del Consejo de Ministros del Perú, Fernando Zavala, “mete sus narices donde no lo llaman”, con el Ministro del Interior, Carlos Basombrío para minimizar la huelga de profesores. Defienden a la “princesa” Marilú Martens, señalando que no merece ser interpelada, y que consiguió beneficios y aumentos para los profesores.
“Lo digo como ministro, en muy inconveniente que la ministra (Marilú Martens) que ha logrado todo a favor de los maestros, se mantuvo firme en defensa de la evaluación y que no reconoció a un sindicato donde hay presencia de Sendero Luminoso, sea interpelada”, afirmó Basombrío
Pero qué podríamos decir de esto, es una vergüenza escuchar a un ministro que tiene en sus manos la seguridad del país hablar así, ya que eso demuestra que este señor ni siquiera se entera de la realidad del Perú.
Marilú Martens no ha hecho absolutamente nada, pues la huelga duró aproximadamente 70 días y miles de estudiantes estuvieron a punto de perder el año escolar, además es importante decir, que gracias a las presiones de los descuentos y al mal trato que se les vino dando a los profesores, ellos se vieron obligados a regresar a las aulas.