Pese a las presiones constantes del Reino Unido por instaurar el aborto libre, Irlanda del Norte no está dispuesto a ceder.
La primera ministra, Arlene Foster, ha señalado que en su Gobierno hará ”todo lo que esté en su alcance” para que Inglaterra no se salga con las suyas.
Este país se caracteriza por tener las legislaciones pro-vida. El aborto sólo se está permitido en caso de emergencia (solo si la madre está en riesgo a perder la vida). A pesar que, la ley se aprobó en 1967, la idea de masacres múltiples no llegó a Irlanda del Norte.
Para poder evitar este crimen, la primera ministra de Irlanda del Norte ha decidido implementar mejor atención a los recién nacidos y a sus madres una buena atención.
Este país no solo le ha dicho NO al aborto, sino también al matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Por lo tanto, imagino que la comunidad LGBTI y feministas de Irlanda acusan al Gobierno de retrógrada, machista, homofóbico, etc ; lanzando todo tipo de excusa como ya nos tienen acostumbrados.
Tanto así que, la ministra de igualdad del Gobierno británico, Justine Greening, manifestó que:
“Las mujeres de Irlanda del Norte pueden viajar a Inglaterra para abortar de manera gratuita mediante el Servicio Nacional de Salud NHS”.
Y como era de esperarse, los grupos abortistas aprovechando el apoyo de Greening, pretenden levantar vuelo hacia el territorio inglés, pero con el apoyo del Gobierno.
Como siempre buscando sacarle dinero al Estado para que continúen sus distorsionadas ideologías. Esta vez no la tendrán nada fácil, ya que hay un país que está dispuesto a salvaguardar sus principios y leyes actuales. Además, de proteger a los seres más vulnerables de su sociedad (los bebés por nacer).