La Corte Suprema de Chile, esta vez acaba de otorgar la custodia legal de dos mellizos (de tres años), a su padre homosexual. Esta vez no han medido ninguna consecuencia (daño psicológico y moral) que este hecho pueda traer con el tiempo a esos dos menores.
Para la comunidad Movilh de Chile (Movimiento de Integración y Liberación Homosexual), esto es un hecho histórico, ya que es la primera vez, que el Tribunal chileno concede la custodia a una pareja homosexual. Esta nueva decisión será un “buen pretexto” para promover la adopción de niños en parejas LGBTI.
Todo comenzó en el 2014, año en el que nacieron dos preciosos mellizos. Desde ese momento, la pareja ya estaba separada, ya que el padre se encontraba en amorillos, para la sorpresa de ella su rival no era otra mujer, sino un hombre.
Esta terrible noticia, llevó a la madre a tener mucho más cautela sobre el cuidado de sus hijos, pues prefirió negar las salidas de los niños junto a su ex pareja. Quizá por temor al nuevo amante de su ex.
Estas medidas no son recomendables, porque nadie quiere vivir prisionero y eso mismo ocurrió en esta familia.
Ya en el 2016, el Tercer Juzgado de Familia de Santiago decidió entregar la tutela de los menores, a su padre, pese a que nadie puede reemplazar a una madre. Este hecho fue argumentado, “el progenitor cuenta con mejores”, “habilidades parentales, características psicológicas, económicas y sociales para hacerse cargo del cuidado de los niños, ya que puede brindarle una mayor estabilidad y protección en comparación con la madre”.
Una resolución completamente absurda, ya que no hay nada mejor que el cuidado, amor y atención de una madre.
Y por qué no le dieron la custodia a la madre: “ella entorpece el régimen comunicacional de los niños hacia su padre”, según el Tribunal. Pero como era de esperarse, ninguna madre se queda con las manos cruzadas, se presentó ante la Corte de Apelaciones de Santiago, el cual revocó la medida del Tribunal de Familia y entregó a la madre el cuidado de los menores.
En el transcurso del proceso, la desesperación de la madre de los niños la obligó a tomar medidas desesperadas. Ella decidió partir hacia Uruguay junto a sus dos hijos, y evitando cualquier contacto con el padre. Esta “solución” desesperada le costaría hoy la protección de sus hijos.
Para ello, como siempre la comunidad gay tiene un “as bajo la manga”, no les quedó otra que sacar nuevamente su viejo argumento de la homofobia. Esta vez, su expareja la acusó de secuestro y homofobia, sin importarle que ella era la madre de sus hijos.
“En esta sentencia se atendió la homofobia de la madre, pues se justificó que hubiese secuestrado a sus hijos por la relación del padre con alguien del mismo sexo la había desestabilizado. Es decir, se culpaba de la homofobia”, sostuvo el Movilh (Movimiento de Integración y Liberación Homosexual).
Este hecho fue decisivo para la Corte Suprema decidiera que el padre era quien debía estar al cuidado de los menores.
El amor de una madre causó la pérdida de sus dos hijos y como siempre la comunidad LGBTI está empecinada en conseguir sus “derechos” a toda costa, por ello no les importa pisotear el derecho de los demás. Primero le arrebataron el sueño de una familia (papá, mamá e hijos), ahora le arrebatan sin piedad a sus niños.