A pocos meses de celebrar la semana santa o la semana “tranca”. Figari se siente a sus anchas, luego de ser absuelto por la “temerosa” fiscal, María del Pilar Peralta.
Pero alguien puede imaginar ¿qué le pudo haber ocurrido a Peralta para absolver a este pedófilo?, perdón, “sacerdote” Luis Figari. A caso recibió la “llamada celestial” (de El Sodalicio).
¿O caso Peralta sufrió algún tipo de motivación oculta para liberar a su “santo líder”? Por ese motivo le había “temblado las piernas” para argumentar y comprobar los delitos contra el “santurrón” de Figuri.
Fuente: Carlín.
A pesar que el obispo chotano, Fortunato Urcey, señaló que: “Luis Figari sacaba fotografías de sodálites (miembros del Sodalicio) en paños menores y realizaba tocamientos hacia los menores”.
El retumbante e indignante caso de Sodalicio invadieron todas las redes sociales de quejas y molestias de las víctimas, por el accionar del Ministerio Público.
Peralta señaló: “Código Penal, donde establece un plazo de prescripción de los delitos que transcurrido el tiempo ya no se puede ejecutar. Es decir, pasados los años, disminuye la necesidad que el Estado castigue a alguien”.
Muchos de ustedes, mis amigos, desconocen este nefasto caso. Pero aquí estoy para informales. El Sodalicio, es una sociedad de vida apostólica, fundado por Figari, quien fue acusado de podefilia por los exmiembros de su comunidad de hace 20 años.
También, un ex sodálite habló que “le pidieron fingir estar en estado de necesidad y solicitar sexualmente besos y caricias” a otro compañero.
Jaime Baertl y Óscar Tokumura, quienes fueran obligados a “dormir en las escaleras, bañarse en la playa a las 03:00 de la mañana, recibir golpes en el estómago” y que “en conversaciones bajo secreto tomó conocimiento de cuatro posibles casos de abuso sexual”.
Las víctimas de abusos físicos, psicológicos e incluso sexuales no han callado, sino que ha puesto al sol el verdadero rostro del “redil engañoso”, llamado Sodalicio. El daño está hecho y no hay manera de volver el tiempo, pero se puede evitar que otros niños sean expuestos a ideologías que más adelante les provocan traumas y desórdenes sociales.